DE RIMBAUD A NICOLÁS


explicar que el deseo es algo propio, de uno, proyectado como la luz de un faro, es complicado. somos emisores activos de una luz platónica de ida y vuelta. complicado, quizás, porque dejamos de ser protagonistas del deseo del otro y lo somos del nuestro. volvemos a amar indefinidamente aunque creamos perder el único amor de nuestra vida. el deseo, el amor, no se va, no lo tiene nadie, no te lo roban, no lo entregas. solo toma otra forma. el único amor de nuestra vida lo contenemos nosotros mismos.

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